lunes, 19 de agosto de 2013

¿QUÉ SON LOS COLORES ARMÓNICOS?

Hoy queremos contarte qué son los colores armónicos y su aplicación práctica.

Son los colores que se encuentran cercanos en el círculo cromático. Utilizándolos creas esquemas cromáticos confortables. Estas combinaciones consiguen cualquier ambiente y se adaptan a cualquier estilo. Se pueden utilizar dos, tres o cuatro tonos, dentro del mismo segmento de color, en tonos cálidos o fríos  o una mezcla de ambos, pero si te limitas a colores de un solo tipo el resultado será  más armoniosos que si utilizas los colores fríos y cálidos.

Los esquemas basados en colores fríos pueden resultar más relajantes, ayudan a dar impresión de  más espacio, así  como de un ambiente tranquilo. Los basados en colores cálidos resultan más acogedores, pero para evitar que queden demasiado agobiantes elige colores pálidos y de tonos medios.
 
Los colores contrastados pueden crear un ambiente recargado. Elige los colores en función de cómo vas a utilizar la habitación, su estilo, su tamaño, la forma, la orientación y la luminosidad. Utiliza accesorios naturales y neutros para aligerar,  bajar el tono  y dar una sensación calmante.

La cantidad de luz que recibe una habitación, el tipo de luz y a qué hora del día, son factores muy importantes a la hora de elegir el color.

Elevación
Las habitaciones orientadas al este serán cálidas y soleadas la primera mitad del día, pero resultaran frías y oscuras por la tarde. Estas habitaciones les van bien los colores neutros pálidos pero cálidos. Estos tonos también sirven para habitaciones orientadas al norte, oscuras y sin sol, que pueden ser frías y poco acogedoras.

Las habitaciones orientadas al sur y al oeste reciben la luz de la tarde y tienen tendencia a ser calientes. Pueden ser decoradas con colores neutros fríos. No se debe utilizar el blanco puro porque refleja mucha luz, y las paredes blancas pueden quedar duras y severas si la habitación recibe mucha claridad.

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lunes, 12 de agosto de 2013

EL COLOR Y EL ESPACIO

Hoy seguimos hablando del color, pero esta vez en su relación con el espacio y os damos algunos datos que os pueden servir a la hora de pintar las habitaciones.

La falta de espacio es habitual en las viviendas modernas. En algunas ocasiones las habitaciones tienen poca luz o son muy pequeñas, el uso adecuado del color puede ser una solución.

Para que una habitación pequeña parezca más espaciosa hay que evitar los contrastes cromáticos fuertes.
Los colores fríos dan la impresión de amplitud y especialmente los tonos pálidos, azules, verdes y grises plateados. Los esquemas monocromáticos o basados en los colores neutros producen también este efecto, aunque resultan fríos y apagados si no se emplean bien.

Atardecer II
Si no te gusta la serie de los colores fríos o si la habitación ya es muy fría y oscura puedes utilizar los tonos más pálidos de los colores cálidos, rosas, melocotones, albaricoques, amarillos suaves. El efecto monocromo ayuda a aumentar las dimensiones de la habitación.

Hay esquemas de color que hacen que los colores retrocedan visualmente como son los azules y verdes fríos, creando una gran impresión de espacio.

En habitaciones muy reducidas, en un pequeño recibidor, o en un pasillo estrecho los espejos bien colocados ayudan a aumentar el espacio visualmente.

Los muebles deberían ser pequeños y ligeros, proporcionados al tamaño de la habitación, y  los cuadros o láminas, que se confundan con el esquema cromático principal de la habitación.

Aunque las plantas de gran tamaño roban mucho espacio a una habitación, su refrescante color verde y el efecto sedante de su presencia hacen que aumenten la sensación de espacio.

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lunes, 5 de agosto de 2013

EL COLOR Y LA LUZ

Nuestra percepción de los colores depende de la luz con la que los vemos, de modo que el mismo color se puede percibir como vibrante o apagado según su iluminación.

Cuando se plantea un esquema cromático para una habitación, hay que valorar primero la calidad de su iluminación natural. La luz juega malas pasadas a los colores, de modo que un amarillo puede  resultar vivo o brillante con la luz del sol o apagado y triste en un lugar poco iluminado.

El tipo de luz cambia en las diferentes latitudes. Por ejemplo en el norte de Europa el cielo suele estar cubierto, lo que crea una neblina gris que no se da en el sur. Por esta razón los colores cálidos y apagados gustan tanto. Más al norte solo hay unas pocas horas de sol en invierno, y por eso en los hogares suecos abunda el amarillo y el azul porque sugiere el sol y el cielo, o  los verdes para sustituir los colores de la hierba y de los árboles que están cubiertos de nieve en invierno. 
Bruma I
En el Mediterráneo quedan especialmente bien los colores de la tierra, el terracota, el ocre y los azules intensos. Estos brillan y reflejan la luz de manera espectacular, pero serian demasiado chillones y agobiantes en Inglaterra.


Las habitaciones que miran al norte tienden a tener una luz clara, normalmente la óptima para contemplar los colores, por eso muchos artistas orientan sus estudios al norte. Sin embargo este tipo de luz puede hacer que una habitación resulte fría y severa (el color blanco en este caso quedara opaco).

Las habitaciones orientadas al sur suelen ser lo contrario, tienen una luz natural cálida y suave, y generalmente les van bien los colores claros y brillantes.

Las habitaciones orientadas el este tienen luz por la mañana, pero son tristes por la tarde. Necesitan colores que las caliente la última parte del día.

Las habitaciones orientadas al oeste reciben una luz cálida por la tarde y pueden decorarse con colores fríos, y detalles cálidos para evitar la frialdad de las mañanas.

LAS TEXTURAS
Cada superficie tiene una textura específica y la luz que choca contra ella se absorbe, refleja o se filtra de distintas formas, alterando el modo en que se percibe el color, por eso es muy importante conseguir en una habitación un equilibrio entre en las texturas y un contraste entre los tonos. Si todas las superficies son parecidas, el resultado será más bien unidimensional.

Un ambiente en el que toda la superficie es brillante puede resultar deslumbrante o incluso inquietante. Una habitación con acabados mates puede ser demasiado apagada y posiblemente sofocante, porque la mayoría de la luz es absorbida por las paredes, el suelo y el mobiliario. Una superficie que permite la entrada de mucha luz tiende a crear un efecto etéreo, incluso inestable. El esquema acertado debe incluir una combinación de los tres tipos de textura.

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