Es una técnica combinada de
esponjado y salpicado de colores consiguiendo los diversos matices de color con varios tonos de pintura,
imitando el aspecto del granito autentico.
Es ideal para decorar muchos
accesorios, como macetas, muebles de jardín etc. Si quieres decorar superficies
más grandes, elige siempre los elementos que resultan convincentes, como paneles
o pilares. Se puede trabajar perfectamente sobre superficies rugosas, con la precaución
de que la textura no emborrone el
esponjado.
- Prepara la
superficie lijándola y eliminando el polvillo con un trapo humedecido.
- Aplica una
capa de imprimación para asegurarte que la pintura adhiera bien.
- Aplica una
capa de pintura plástica de color marfil. Déjala secar y aplica una segunda
capa.
- Con la
segunda capa aún húmeda golpea con una esponja suave la superficie para
eliminar las rayas de las pinceladas.
- Prepara en
diferentes recipientes los distintos colores que vas a utilizar (dependerá del
color del granito elegido), pero que sean un mínimo de tres colores por ejemplo
negro, siena y gris, y disuélvelos con agua hasta la consistencia de una crema
espesa.
- Con la
esponja escurrida aplica una primera capa de pintura, mientras esta todavía húmeda
suaviza el efecto con una esponja ligeramente humedecida y déjala secar.
- Aplica de
la misma manera los dos siguientes colores, construyendo gradualmente capas de
color.
- Carga un
cepillo con pintura negra y con las
cerdas hacia arriba ves pasando los dedos por encima para salpicar todo el
trabajo.
- Cuando
este seco barnízalo para protegerlo con dos manos de barniz, dejándolo secar
entre capas.
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